Dejemos de engañarnos de una vez. Afrontemos la realidad, tomemos
responsabilidad de nuestras acciones. Atrevámonos a ser quienes en verdad
somos, a vivir como queremos y no como quieren que vivamos. Si no nos gusta
como es la sociedad, cambiémosla. Tengamos el valor de levantar la mirada, de
desafiar a nuestros demonios y de llorar sin miedo al qué dirán. Porque ya es
hora, porque basta ya de mentirnos frente al espejo. No me cansaré de decirlo.
Basta ya.
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